Coloca puentes sobre cada valle
de frente al viento y a contraluz...
Olvida la arena bajo la sombra
y los dobleces sobre el mantel...
Derrama el néctar jamás prohibido...
y...
cualquier palabra se convierte en roca,
cualquier sonido es proyectil que hiere,
sólo el silencio transmuta el velo
y la espera en llave del porvenir...
No hay manzanas, trigo, pequeñas manos, voces; faltan las frases, la risa y el café. Los paquetes de palabras pierden el rumbo. Se acumulan en el fondo. Y la ausencia se prolonga. Luciérnagas son los recuerdos de tí. Viven sin mí, en mí, de tí.
Qué sorpresa y qué alegría tan enorme volver a leerte! tenemos que hablar de libros, de muchos libros, sabes?
ResponderEliminarExcelente. Como siempre.. Exquisita mi querida.
ResponderEliminarMe gusta esa imagen de las rocas... Perfecto.
Beso para ti. Cuídate.
Regresas. ¡Bien! a cuentagotas pero mejor poco que nada.
ResponderEliminarUn abrazo.