9 de abril de 2012

Evocación

Lo difícil no fue arribar.
Esperar dos minutos fue un tormento.

Evité pensar, si llegaba a hacerlo huiría.
Ejercité sobre papeles pequeños, caligrafía minúscula.
Dejar las igualdades inconclusas iniciaría el caos.

No escuchar los pensamientos.
No escuchar los pensamientos.

La engañosa calma de la superficie que oculta las turbulencias profundas.
Imaginar que no sucedería fue tranquilizante.
Llegaste.





Otra oportunidad tomada.

Vidas imaginarias...

Ocultos torrentes definen sus cursos,
transforman los sueños...
una historia e infinitos finales.

6 de abril de 2012

En un principio, tu principio.

Pensar en qué escribirás es buen ejercicio.

De tí, por tí, contigo, para tí.

Ni idea, espero paciente y me causa gracia este estado de falso sosiego, cuando quiero pedirte a gritos que apures al teclado, respiro profundo y considero que no ha de ser sencillo externar pensamiento, sentimiento e historia, le llamas caja de Pandora. Y sí, resulta que al escribir, destapamos lo que en esencia y espíritu somos, porque es el único recurso con el que cuenta quien se atreve a plasmar en signos gráficos las manifestaciones de ser él mismo, al romper huellas y cadenas heredadas o adquiridas. Festejo tu valentía. No sé cuánto esfuerzo ha de requerirte; leerte valdrá la pena.

Por lo pronto, tu huella literaria es densa.